miércoles, julio 16, 2014

Una lección mundialista, por Gonzalo Müller.





Una lección mundialista,
por Gonzalo Müller.


No pocos partidos del Mundial fueron definidos por los directores técnicos, desde la correcta lectura del adversario hasta la decisión clave de hacer entrar al jugador determinante. Así lo hizo Joachim Löw cuando envió a Götze a reemplazar a Klose, y Alemania celebra hoy su cuarta copa.


La lectura de la Presidente Bachelet sobre el mal momento que enfrentaban sus reformas es clara. Sus jugadores no estaban rindiendo y habían encontrado una insospechada oposición social. Esto estaba provocando que distintos actores políticos trataran de sintonizar con esas críticas, incluso en el propio oficialismo.


Los políticos son muy sensibles al apoyo o rechazo que generan sus acciones en la ciudadanía: la reforma tributaria se estaba hundiendo en la impopularidad y distanciando a la clase media del Gobierno. Ante este escenario, la Presidente decidió enviar un mandato claro de terminar a todo evento con la discusión a través de un acuerdo lo suficientemente amplio. Pedirle un cambio de estrategia al jugador que lideraba el enfrentamiento —en parte causante de los problemas— habla del pragmatismo y disciplina en las decisiones de La Moneda. El Ministro Arenas sabía que la única forma de seguir en la cancha era acatar las instrucciones, sin pensar en los costos personales.


Para un Gobierno con un profundo afán reformista, incluso refundacional, es intolerable aparecer distanciado de la opinión mayoritaria en lo que considera el corazón de sus reformas. Pero suponer que sólo evitando las críticas políticas logrará que la ciudadanía no siga exigiendo ser considerada en los cambios es una ilusión que le puede salir cara al Ejecutivo.


El aprendizaje de quienes se articularon cambios sustantivos en la reforma tributaria fija un camino claro para los actores sociales en educación y en otras áreas. El Gobierno, en los hechos, ha reconocido que está dispuesto a ceder frente a la presión de la calle y que su tolerancia a la crítica de los nuevos movimientos sociales es baja cuando éstos no responden a las lógicas de la lealtad política.


No sabemos todavía qué cambios a su diseño político rondan la mente de la Presidente, pero nadie duda de que se van a ir expresando con fuerza en el segundo semestre y que pueden concluir en un ajuste Ministerial. Por distintas razones, no todos los jugadores han sabido responder a la confianza del DT.


El dilema de Bachelet es complejo. Por un lado, recuperar la confianza de los sectores medios requerirá de su Gobierno un esfuerzo serio, sobre todo en un clima de desconfianza e incertidumbre ante las reformas en diversos sectores. Por otro lado, la molestia que provocó el acuerdo tributario en la izquierda autoflagelante tensiona a la Nueva Mayoría.


Si la unidad era en torno a un programa y una parte del oficialismo siente que podría llegar a incumplirse por la insistencia de sellar acuerdos con la oposición, se relativiza lo único en común de la coalición Gobernante: su apego a una hoja de ruta compartida.

EMPELOTANDO A LAGOS