Amenazas de un
antipatriota,
por Raúl Benoit, Periodista
colombiano.
No hay duda de
que el chavismo está moribundo y en esa agonía se llevará a la tumba al
socialismo del siglo XXI con todas sus imperfecciones y calamidades.
Nicolás Maduro
es el sepulturero. Aplausos por eso y también por la cadena de errores que él,
junto a Diosdado Cabello, otro payasito del circo chavista, cometen día tras
día, desde que han gobernado si se puede llamar así, porque, ahí lo que hay es
un desgobierno: caos, latrocinio y codicia, bajo la mirada cómplice de la OEA y
de mandatarios latinoamericanos como Juan Manuel Santos de Colombia.
En Venezuela
los opresores están tan ocupados en saquear las arcas del Estado que ignoran lo
que sufre el pueblo: hambre, escasez y delincuencia auspiciada por el mismo
desgobierno, que resolvió armar a la chusma para que sirviera de escudo
protector que encubre sus transgresiones.
Están tan
entretenidos en repartirse y ocultar la plata del pueblo en países extranjeros,
que desconocen adrede que el descontento ciudadano, incluso en la base popular,
ya contagió a los leales chavistas.
Maduro y su
secuaz Cabello que está al acecho esperando la caída del bufón, amenazan a
quienes expresan opiniones contrarias al régimen moribundo, como lo hizo contra
el ex vicepresidente de Planificación Jorge Giordani, quien fue echado del
cargo y al irse acusó a Maduro de no transmitir liderazgo y dar una sensación
de vacío de poder. También Maduro amenazó a Héctor Navarro, exministro de
Educación y Electricidad del Gobierno de Chávez, quien escribió una carta de
apoyo a Giordani. Maduro habla de una “izquierda trasnochada” sin ver la viga
en su propio ojo. Más arcaicas que sus ideas comunistas, estilo Castro-Cuba no
existen.
Dice Maduro
que la “izquierda trasnochada ataca en momentos en que el enemigo busca
cortarnos la cabeza y destruirnos”. ¡Quien exige trozar esa cabezota del
monstruo perverso comunista es el propio pueblo! Los venezolanos no quieren que
el castrocomunismo los gobierne. Lo que padece el país suramericano es una
grave traición a la patria.
Antipatriota
es quien entregue el manejo del poder directa o indirectamente a extranjeros.
Antipatriota es quien permita que militares de ejércitos foráneos controlen las
fuerzas armadas. Antipatriota es quien encarcela a dirigentes por miedo a
enfrentar una oposición útil y necesaria para que la democracia sea dinámica.
Antipatriota es quien permita que sus matones asalten y asesinen al pueblo para
mantenerse en el poder que usurpó.
Es inquietante
que los venezolanos entren en un letargo, agotados de no ver resultados
inmediatos, porque pudiese ser capitalizado por el régimen. Tal vez el mundial
de fútbol disipó las manifestaciones temporalmente. Los venezolanos no deben
dejar a sus jóvenes solos y es necesario que vuelvan a las calles pacíficamente
para exigir cambio en el poder. Solo el pueblo tiene la fuerza para hacerlo.
Las amenazas
de Maduro son un acto desesperado ante el sepulcro cercano del chavismo y el
socialismo del siglo XXI. Si la historia hará un juicio será contra esos falsos
libertadores que deberán ser juzgados no solo por traición a la patria, sino
por fraude, narcotráfico y múltiples homicidios.
Tomado de http://diariolasamericas.com