Mensajes mal concebidos pueden llevar a entender lo contrario de lo que se pretende decir, como ejemplo destacamos este cartel ubicado en la playa de Algarrobo, que pretende hacer notar que hay varias prohibiciones, pero que se entiende que está permitido beber en el lugar.
Este pareciera ser el drama de la oposición, que ha demostrado una increíble ineptitud para las comunicaciones, lo que ha impedido que su mensaje llegue a inmensos sectores de votantes que son permanentemente engañados por el oficialismo.
Expresiones poco pulcras, posturas poco convincentes, posiciones poco claras han dado como resultado que los programas de la Alianza no resulten del todo convincentes y han creado dudas sobre las capacidades de este conglomerado político.
Una inconsecuencia feroz entre su historia y su actuar presente agudizan la desconfianza de sectores que tradicionalmente les han apoyado, lo que sumado a su permanente auxilio al gobiernos fracasados no coopera a mejorar su imagen.
Les ha faltado claridad para defender su propia obra de recuperación y reconstrucción del país, su inmenso apoyo en la búsqueda de verdadera justicia social, las ideas de libertad que justifican su existencia, se han acomodado a un statu cuo intolerable.
De allí los resultados, llevan 20 años con posibilidades de acceder al Gobierno las que se han visto frustradas por una ambigüedad penosa, a la que hay que adicionar una falta de voluntad increíble de sacar a la pandilla que se ha encaramado en el poder.
Esperamos, así como parte importante de la ciudadanía, que esta vez hayan aprendido la lección y no frustren los sueños populares de obtener un Gobierno eficiente, honesto y que devuelva al país a la senda pérdida del desarrollo.
Dicen que no hay mal que dure 100 años ni personas que lo resistan, nosotros, por no saber envolver atractivamente nuestras propuestas, que son mejores que las de los adversarios, estamos arriesgando a llegar al cuarto de siglo de una inepta administración concertacionista.
Saquémoslos las vendas de los ojos, aunque a algunos no nos guste, la única posibilidad de deshacernos de la incapacidad y corruptela de la concertación es Piñera, por lo que debemos ponernos a trabajar por el de manera decidida y leal.
Nos espera un año difícil, inmersos en la crisis internacional agravada por la ineptitud gubernamental, pero en el que el futuro dependerá de nuestra decisión de sacar de La Moneda a la pandilla de incapaces que hoy la ocupan.
De ti, de vosotros, de nosotros depende el necesario cambio de rumbos que el país necesita de manera imperiosa, no realizarlo nos convertirá en cómplices de una situación que de mantenerse nos deja sin futuro ni destino.
Este pareciera ser el drama de la oposición, que ha demostrado una increíble ineptitud para las comunicaciones, lo que ha impedido que su mensaje llegue a inmensos sectores de votantes que son permanentemente engañados por el oficialismo.
Expresiones poco pulcras, posturas poco convincentes, posiciones poco claras han dado como resultado que los programas de la Alianza no resulten del todo convincentes y han creado dudas sobre las capacidades de este conglomerado político.
Una inconsecuencia feroz entre su historia y su actuar presente agudizan la desconfianza de sectores que tradicionalmente les han apoyado, lo que sumado a su permanente auxilio al gobiernos fracasados no coopera a mejorar su imagen.
Les ha faltado claridad para defender su propia obra de recuperación y reconstrucción del país, su inmenso apoyo en la búsqueda de verdadera justicia social, las ideas de libertad que justifican su existencia, se han acomodado a un statu cuo intolerable.
De allí los resultados, llevan 20 años con posibilidades de acceder al Gobierno las que se han visto frustradas por una ambigüedad penosa, a la que hay que adicionar una falta de voluntad increíble de sacar a la pandilla que se ha encaramado en el poder.
Esperamos, así como parte importante de la ciudadanía, que esta vez hayan aprendido la lección y no frustren los sueños populares de obtener un Gobierno eficiente, honesto y que devuelva al país a la senda pérdida del desarrollo.
Dicen que no hay mal que dure 100 años ni personas que lo resistan, nosotros, por no saber envolver atractivamente nuestras propuestas, que son mejores que las de los adversarios, estamos arriesgando a llegar al cuarto de siglo de una inepta administración concertacionista.
Saquémoslos las vendas de los ojos, aunque a algunos no nos guste, la única posibilidad de deshacernos de la incapacidad y corruptela de la concertación es Piñera, por lo que debemos ponernos a trabajar por el de manera decidida y leal.
Nos espera un año difícil, inmersos en la crisis internacional agravada por la ineptitud gubernamental, pero en el que el futuro dependerá de nuestra decisión de sacar de La Moneda a la pandilla de incapaces que hoy la ocupan.
De ti, de vosotros, de nosotros depende el necesario cambio de rumbos que el país necesita de manera imperiosa, no realizarlo nos convertirá en cómplices de una situación que de mantenerse nos deja sin futuro ni destino.