martes, junio 10, 2008

LGE una “trampa” para la oposición.

LGE una “trampa” para la oposición.


La forma de actuar del Gobierno en el tema de la Reforma a la Educación, incluyendo indicaciones de ultima hora sobre un texto consensuado, nos recordó algunas maniobras realizadas anteriormente, siempre en períodos electorales, para sindicar a la oposición de responsable u obligarla, bajo chantaje, a aprobar cualesquier cosa.

Nos acordamos de las modificaciones a las Leyes del Trabajo, presentadas cuando era seguro que Joaquín Lavín le ganaba a Ricardo Lagos y de la frialdad con que se mantuvo el precio de los combustibles artificialmente bajo, consumiéndose en un par de meses todo el Fondo de Estabilización del Petróleo, para asegurarse que Lagos llegara a La Moneda.

Lo que nos llama la atención es que ambos Partidos de la Alianza hayan pisado nuevamente el palito y caído en la burda trampa que les tendieron desde el Ejecutivo, que maquiavélicamente pretendieron intentar culpar a los opositores de la no derogación de la LOCE, por la vía del rechazo a la LGE, agregándole una cláusula inaceptable porque implica la estatización del sistema.

Resulta evidente que la Ley es mala, ninguno de los involucrados en el tema educacional, sean estos profesores, estudiantes, universitarios, sostenedores ni Municipalidades están de acuerdo con la aprobación de la Ley General de Educación que el Gobierno quiere que el Parlamento apruebe casi sin someterla a discusión, bajo la amenaza de si es rechazada ingresarla por el Senado.

Creemos que, por fin, la Unión Demócrata (UDI) y Renovación Nacional (RN) entendieron que el rol de los opositores no es defender a gobiernos corruptos, como lo hicieron con el de Lagos, ni obsecuentemente aprobar cualesquier cosa que se le ocurra al Gobierno. El verdadero papel de un opositor es fiscalizar y oponerse a lo que considera dañino para el país.

Pensamos que ya es hora de que nuestras autoridades dejen de “chacotear” con los temas importantes para el país, como la educación, que sin duda alguna pone en riesgo nuestras posibilidades de desarrollo y troncha de manera brutal los sueños de las generaciones actuales de estudiantes. Necesitamos modernizar la educación, en caso alguno nos conviene politizarla.

Creemos que es del caso felicitar a los dirigentes opositores, pues aunque se demoraron 18 años en darse cuenta de cuales eran sus funciones, en ningún caso las de co-gobernar aunque sea bajo el disfraz de las “políticas del acuerdo”, y salieron a defender como hombres y mujeres de Chile las posiciones que nunca debieron haber dejado de defender con tesón.

Esperamos que esta “nueva” forma de actuar no se limite a la Ley General de Educación y al Transantiago, pues a estas alturas también deben haber captado que han dejado abandonados temas valóricos fundamentales y que han plantado en la estacada a muchos que alguna vez confiamos en ellos. No debe caberles duda alguna, que, si llegan al poder tendrán en sus contrincantes una oposición feroz.

EMPELOTANDO A LAGOS