Muchos de nuestros compatriotas no se inscriben en los Registros Electorales o no ejercitan su derecho al sufragio porque consideran que es un ejercicio intrascendente y que tiene muy pocas posibilidades de producir los cambios que el país necesita de manera urgente.
Durante 70 años el PRI, Partido Revolucionario Institucionalizado de México, ejerció una fuerte dictadura basándose en esta “desidia” ciudadana que les permitía mantenerse con toda comodidad en el poder. Con la fuerza del voto el año 2000 fueron expulsados de la vida palaciega.
En nuestro Chile, luego de 18 años de Gobierno autoritario de la Junta Militar encabezada por Pinochet, el pueblo se pronuncio en el plebiscito de 1988 por poner fin al proceso de gobierno que reconstruyó el país después del desastroso Gobierno de Salvador Allende.
Creemos que estos dos ejemplos debieran bastar para que comprendiéramos la fuerza y el valor que tiene nuestro sufragio y la necesidad de que nos comprometamos, inscribiéndonos, para fortalecer el sistema democrático y exigir de las autoridades Gobiernos capaces.
En nuestro país, en el que la política ha sido desprestigiada por sus propios actores, necesitamos imperiosamente un proceso de renovación, que termine con la realidad espantosa de que los verdaderos ganadores de las elecciones son la abstención y los no participantes.
Es cierto que los Partidos cuentan con verdaderas “maquinas electorales” destinadas a convencernos de que ahora lo harán bien, pero también es cierto que nosotros los ciudadanos independientes tenemos un inmenso campo de lucha para convencer a nuestros coterráneos de que nos quieren engañar de nuevo.
Ahora, que las ideologías se han transformado en bastante difusas y en que todos plantean lo mismo es más importante que nunca que vayamos “rotando” a los que detentan el poder, para recordarles por un lado que son solo nuestros representantes y por el otro para impedirles corromperse.
La política, definida como el arte de gobernar, no tiene porque ser una actividad ejercida por verdaderos saltimbanquis ni por gente que solo ha cosechado fracasos en todo lo que ha intentado en su vida, es necesario que elijamos gente capacitada, honesta y con un alto espíritu de servicio público.
No es posible que sigamos confiando solo en aquellos que hablan bien, son simpáticos, tienen buena presencia o nos prometen utopías que ellos mismos saben que no serán capaces de cumplir. Necesitamos dignificar la actividad para que lleguen a ella los y las mejores esos que cuentan con la preparación necesaria.
No participar en las elecciones, sea no inscribiéndose o absteniéndose de sufragar, nos convierte en cómplices de la mala calidad de los elegidos, pero, lo que es más grave aún, nos quita el derecho a opinar, puesto que hemos renunciado a nuestro sagrado derecho a elegir un futuro. Si no participamos no nos quejemos después de las autoridades que tenemos.
Tu voto, mi voto, nuestros votos, el de todos , puede ser la diferencia entre mantener por un quinto periodo a una coalición fracasada y escasa de ideas o darnos la oportunidad de abrir las puertas y ventanas de la administración para que entre aire fresco que nos garantice llegar a un país de oportunidades.
Los Registros Electorales se encuentran abiertos, el trámite es sumamente simple y corto, basta con tener 18 años, o cumplirlos a la fecha del proceso electoral, y llevar la Cedula de Identidad Vigente. Para mayores informaciones consulte en www.servel.cl.
martes, mayo 27, 2008
Inscribirse en los Registros Electorales, necesidad de futuro.
Publicadas por Diario Reaccion Chilena a la/s 12:01 a.m.