¿Somos corruptos los chilenos?Según nosotros sí, y lamentablemente mucho.
La corrupción, infección social de extremadamente rápida propagación, un verdadero cáncer maligno, una metástasis imparable, que según nuestra visión, se encuentra mucho mas extendida de lo que nosotros mismos estamos dispuestos a aceptar o queremos ver, se encuentra enquistada en la Administración Publica, sea esta el Ejecutivo o los Municipios, en la Empresa Privada y también en los simples mortales que vivimos en el país.
Como una manera de graficar la situación diremos que es corrupto en que acepta un cargo para el que no está capacitado, así como también el que lo nombra, es corrupto el que no realiza a cabalidad las funciones para las que está contratado o que requiere de incentivos externos para hacerlo. Pero también es corrupto el que mete la mano a la caja chica, el que abulta las licitaciones, el que desvía dineros para fines distintos de los presupuestados o el que se lleva para la casa materiales del Estado.
Situaciones muy parecidas se dan en la Empresa privada donde se “aceita” los engranajes para llevarse una propuesta, donde se saca la vuelta, donde se infla los gastos de representación, donde se carga a la empresa compras para la casa de los dueños o ejecutivos, cuando se tranpean los impuestos, las imposiciones o los descuentos de salud, cuando no se trabaja bien, se cobran mas micros que las usadas, o sencillamente cuándo se falta el respeto al trabajador pagándole salarios miserables.
En la vida diaria, cuando no respetamos un limite de velocidad o nos pasamos una luz roja estamos siendo corruptos, cuando tratamos de evitar que nos cobre en IVA actuamos corruptamente, cuando tratamos de “engrupir” al Carabinero que nos ha sorprendido en falta o tratamos de pasar por sobre los demás en una fila somos corruptos, para que decir si subimos a la locomoción colectiva haciéndonos los lesos con el pago. Traficantes de drogas, reducidores de especies robadas o quienes compran productos falsificados,conforman otro importante grupo de corruptos
No es el objetivo “descubrir” donde hay más corrupción, el objetivo es sensibilizarnos sobre la realidad de este flagelo, y comenzar a tomar conciencia del como estamos actuando, porque, esta “enfermedad social” es perfectamente determinable como comienza, y terriblemente también como termina, nuestros hermanos colombianos la han sufrido en carne propia, no creemos que haya ningún chileno que esté dispuesto a pagar el horripilante costo que ha pagado Colombia.
El combate contra la corrupción es tarea de todos, obviamente partiendo por la cabeza que debe dar una señal de intolerancia y sanciones efectivas, de la empresa privada que no debe rebajar las condiciones de la competencia a niveles de dinero y ciertamente de toda la ciudadanía que tiene que denunciar los actos “desleales” de que tenga conocimiento. Este es el único camino que nos puede llevar a dejar a nuestros hijos y nietos un país en el que valga la pena luchar y por el que sea digno sacrificarse en el servicio público
Mientras antes iniciemos el remedio, que tiene que ser una especie de quimioterapia, mantenida en el tiempo, mayores posibilidades tendremos de evitar que el país se siga pudriendo. Hay gente, en especial algunos Ministros de Estado, que actúan como los avestruces, que al esconder la cabeza llegan a pensar que las situaciones no existen, lo que se transforma en más peligroso, pues legitima actitudes que fuera de incorrectas tienen tientes absolutamente delictuales.
NOTA:
No concedemos mucha importancia al informe de Transparencia Internacional Chile, porque no nos da confianza que lo haga un declarado partidario del Gobierno, además, que su metodología, de consultar a Empresarios y grandes Ejecutivos de la Administración del Estado le hace perder toda la legitimidad que necesita un indicador, que al igual que un termómetro, tiene por objeto detectar los síntomas para proceder a aplicar las medicaciones correspondientes.
