¿Es malo el lucro?En los últimos tiempos hemos escuchado hablar mucho sobre el lucro, en especial buscando darle una connotación de escándalo o de ilegitimidad, pero para comenzar el tema debemos advertir que todas las actividades remuneradas implican una forma de lucro, en la que una persona o grupo de ellas cambia su trabajo o sus creaciones por dinero.
La aclaración anterior tiene por objetivo demostrar que el lucro en si no es malo, es básicamente lo que nos permite satisfacer las necesidades de la vida, alimentar a nuestros hijos, pagar su educación, obtener derecho a la salud y también realizar los ahorros necesarios para tener una vejez con menos sobresaltos.
El tema del lucro en la educación, es igualmente simple, pero ha sido complicado para evitar que entendamos que los encargados de custodiar los dineros de los chilenos no han realizado bien su pega o son un hato de corruptos que no han ejercitado sus deberes fiscalizadores en el sistema de educación subvencionada.
Se tiene que suponer, aunque lo dudamos, que el Ministerio de Educación fija las mallas curriculares por las que se rige la enseñanza, que controla la capacidad de los maestros encargados de impartirla, que es el contralor de la forma en que se gastan los recursos que el presupuesto destina a este sistema.
Si existe algún sostenedor que utiliza los recursos para fines personales, se supone que las auditorias de la Secretaria de Estado deben descubrirlo y someter a proceso a quien se está apropiando de estos dineros. Si no ha sucedido así, debemos suponer que las platas han sido bien gastadas y que a lo más son insuficientes.
Nosotros, que encontramos razonable la exigencia de los estudiantes de tener una educación de calidad, creemos que en el tema del lucro están siendo utilizados por mentes totalitarias que quieren centralizar la educación en el Ministerio, no para mejorarla, sino que para tener una nueva herramienta de adoctrinamiento político.
Pensamos, además, que estos “termo-céfalos” están muy inquietos porque el sistema no les permite ocupar la educación como otra agencia de empleo para los compañeros o camaradas, lo que pone en riesgo ese importante caudal de votos que “compran” con las prebendas que proporciona el poder.
La educación es un tema serio, de largo plazo, no es posible que sigamos improvisando con el, en los 18 años que ha Gobernado la Concertación hemos tenido 5 o 6 reformas educacionales, se han insuflado al sistema ingentes cantidades de recursos y los resultados no solo no mejoran, tienen un claro proceso involutivo.
Creemos que la politización de esta discusión es sumamente peligrosa, porque pone en riesgo el futuro de nuestros jóvenes, puede implicar un esfuerzo perdido para las familias y seguramente terminará por consumir los legítimos sueños de nuestros hijos, todo esto para satisfacer las ansias de poder de políticos pasados de moda.
El lucro ha sido el gran impulsor del progreso de la humanidad, pero, para que sea justo tiene que proporcionar a todos las mismas oportunidades de llegar hasta donde sus capacidades les permitan. En educación no tiene porque ser distinto, colegios buenos, con calidad de enseñanza, es seguro que captarán más alumnos y allí obtendrán las ganancias.
Para que el sistema funcione es imprescindible que el Estado deje de hacerse el tonto y comience a realizar las funciones que le corresponden. Es demasiado facilista el sistema de abdicar de las obligaciones propias para después ubicar un “cabeza de turco” al que cargarle el valor de la factura.
Los más enconados enemigos del lucro se han atrincherado en las posiciones de Gobierno que mejores remuneraciones pagan y por ningún motivo aceptan que se les rebaje el “lucro”, aun sabiendo que en sus actividades son poco productivos, de escasa seriedad y que no cuentan con las capacidades que requieren los cargos.
