sábado, octubre 20, 2007

Nuestro gobierno, por Mario Montes Tagle.

Consternación, incredulidad, abatimiento, angustia, desconfianza, suspicacia, desengaño, son algunos de los sentimientos que parte importante de la población chilena exterioriza al constatar las nuevas majaderías con que nuestros gobernantes, nos referimos ciertamente al equipo encabezado por la Señorita Michelle Bachelet, quieren convencernos de lo bien que estamos.

Una parte importante de la ciudadanía, que nosotros situamos como muy cercana al 50% de la masa trabajadora, labora para obtener una (¿) remuneración que va entre los 204 y los 300 dólares, pero nos quieren persuadir que estamos eliminando la pobreza.

Un techo para Chile, con las donaciones de millares de compatriotas, está reemplazando rucos inhabitables por modestas y pequeñas mediaguas, pero nos quieren meter en la cabeza que estamos llegando a la vivienda digna.

Los centros asistenciales de salud cuentan con poco personal y tienen una endémica falencia de elementos, sean estos equipos o simples remedios, pero nos intentan concientizar que tenemos una salud digna de seres humanos.
La educación, sea a nivel primario, secundario o universitario, demuestra falencias estructurales, por falta de supervisión y/o programación, pero nos quieren asegurar que estamos avanzando en el camino correcto.

Nuestras relaciones internacionales demuestra serios problemas con los únicos tres vecinos que tenemos, todos quiere algo de nuestro territorio, pero intentan mostrarnos una actividad que nos reinserta en el mundo.
Las cifras de desempleo, de inflación, el narcotráfico y delincuencia, nos enseñan un país extremadamente complicado, aunque sean “maquilladas" por el INE, pero nos manifiestan que mejoramos en estos ámbitos.

Tenemos una carga tributaria abusiva, en especial para los más pobres, y desde los sectores oficialistas ostentosamente intentan persuadir que los impuestos nacionales son de los más bajos del mundo.

El aumento de la contaminación, en todo el territorio nacional y la depredación de los medios naturales, avanza sin control, sin embargo el discurso oficial trata de exhibirnos avances importantes en la materia.

Tocando solo algunos puntos de la contingencia nacional, creemos haber demostrado que nuestros gobernantes son simplemente un fraude, muy eficientes dialécticamente, pero absolutamente incapaces en la praxis.

La Coalición de Gobierno estafo a los electores, prometiéndoles una capacidad con la que no cuentan, un programa fantasioso y una honestidad de la que carecen.

EMPELOTANDO A LAGOS