sábado, enero 03, 2015

No fue bueno del balance del primer año de Bachelet…



El bajo crecimiento, con índices uniformemente a la baja, y los sondeos de
 opinión pública son un claro síntoma de que las cosas no andan nada bien 
para el Gobierno de Michelle Bachelet ni para la nueva mayoría.





Nuevo año, Nueva Mayoría,
por Francisco José Covarrubias.


Los balances han terminado. 2014 definitivamente se fue. Y ahora que se inicia el año, vale la pena descifrar algunos puntos clave que marcarán el año.


Bachelet y la travesía del desierto.


Bachelet ha sorteado su "primer" año y el balance no ha sido bueno. El bajo crecimiento económico y la baja aprobación en las encuestas han sido los signos más visibles de que algo no anda bien. Es cierto que todo podría haber sido peor. Es cierto también que la coalición Gobernante sigue viva y que Bachelet no ha perdido el liderazgo en ella. Pero es claro que en este fin de año hubo pocos motivos para descorchar champaña.


La tesis que prima en La Moneda es que se está viviendo el costo de la siembra y que los frutos se verán al final del día. Ella es una tesis posible, pero es probable que esté equivocada. En especial si se analiza racionalmente cada una de las propuestas. La reforma tributaria terminó siendo un mamarracho y la educacional no va por un camino muy distinto. La tesis de que al final del debate se verá la luz, ha sido contrastada muchas veces con la realidad. El caso de Hollande en la Francia actual es un buen ejemplo de ello.


Los "matices" de la coalición Hasta ahora, con la reforma tributaria y la reforma educacional las diferencias no han sido impedimento para mantenerse bajo el mismo techo. Pero es posible que con la discusión de una nueva Constitución no sea factible. En ella quedarían demasiado explicitadas las enormes diferencias de la coalición y es posible que precisamente por esa razón, Bachelet no la termine impulsando. Se promoverán cambios. Se enarbolará la idea de una nueva carta magna futura, pero lo probable es que no se den pasos concretos hacia ella. Los riesgos son demasiado grandes y la palabra favorita de Ignacio Walker, "el matiz", no sería suficiente para dar cuenta de las diferencias en torno a este tema.


Gobierno: vivir sobre el 30% Las encuestas jugarán un rol clave en 2015. Pese a que ellas tienden a ser minimizadas públicamente, las encuestas importan. Especialmente cuando el camino es en bajada. El actual 38% de aprobación es sostenible, pero como dijo un experimentado político latinoamericano, "bajo el 30 es otra cosa".


Algunos dirán que la baja de las encuestas es por haber querido hacer demasiados cambios en una sociedad que quiere gradualidad. Otros dirán que la baja en las encuestas es consecuencia de lo timorato del Gobierno para usar la retroexcavadora. Lo paradójico es que es probable que ambas tesis tengan razón. Porque la desafección no es unívoca, se puede dar por ambos costados.


Los nuevos Ministros.


Cuando todo parecía terminar en relativa calma irrumpió doña Helia contra las "clínicas cuicas", detonando así -por fin- el primer cambio de Gabinete. Es posible que Bachelet aproveche la coyuntura para apurar las otras salidas y tengamos en los próximos días nuevos Ministros. Saldrán así varios Ministros que tras un año no lograron un conocimiento mínimo en la ciudadanía. Es posible también que salga otro que se ha visto enredado por el caso Penta y que muevan a la Ministro y ex Senador fuera de La Moneda. Sin embargo, será probablemente un pequeño cambio cosmético que en nada alterará el rumbo, porque un cambio de Gabinete que no incluye ni a Eyzaguirre ni a Arenas ni a Peñailillo no es "cambio" sino que "ajuste".


El aterrizaje de ME-O.


Marco Enríquez-Ominami sabe que tiene una misión en 2015: buscar la excusa para volver donde sus antiguos aliados. Durante 2014 se dedicó a preparar el camino hablando de "afectos mutuos". Atrás quedó su furibunda crítica a los actuales líderes de la Nueva Mayoría. Donde antes dijo "digo" ahora dice "diego".


ME-O sabe que para ser Presidente no puede estar fuera de la Nueva Mayoría. Una tercera aventura Presidencial por fuera sería tan inefectiva como las anteriores. Pero volver no es una tarea fácil. Hoy ME-O tiene dos aliados: las encuestas y la falta de Presidenciables al interior de la Nueva Mayoría.


La hora de partir de Velasco.


Si la última entrevista que dio Velasco a "El Mercurio" hubiera aparecido sin nombre y sin foto, no hubiera dado pie a las dudas: se trata de un opositor al Gobierno. Ya no se trata de hablar de "matices" ni de "énfasis", definitivamente sus visiones son opuestas. A Velasco le ha llegado la hora de partir, pero probablemente tratará de no hacerlo. Son demasiados los ejemplos de políticos que han abandonado su buque madre y han fracasado. Basta recordar a Frei Bolívar, a Adolfo Zaldívar, a Schaulsohn o al propio ME-O para darse cuenta de que se trata de una idea poco seductora. Velasco tratará de resistir hasta el final, para que el paso lo pueda dar poco antes de las Presidenciales. Todo sería distinto si un grupo grande estuviera dispuesto a seguirlo, pero eso hoy no se ve factible.


El año recién está comenzando. El libro tiene sus páginas en blanco. Es de esperar, por el bien del país, que 2015 sea mejor que 2014. Aunque no hay muchas razones para ser optimistas. Quizá es momento de recordar aquella frase de ese famoso poeta inglés que decía "las palabras del año pasado pertenecen al lenguaje del año pasado. Las palabras del próximo año esperan otra voz".
 


EMPELOTANDO A LAGOS