miércoles, agosto 13, 2014

Viva la Reina, muera el mal Gobierno...



Viva la Reina, muera el mal Gobierno,
por Gonzalo Rojas Sánchez.


La Presidente ha estado en África. Como buena soberana, cuando se le ha hecho una pregunta complicada, se ha tomado 24 segundos de silencio antes de responder una serie de vaguedades.


En los próximos meses, la Presidente visitará tres continentes. Es la Jefe de Estado, la Reina. El diseño que la ha colocado en ese Olimpo es de todos conocido, pero no ha sido completamente entendido por sus contradictores. Algunos creen que la pueden enfrentar directamente y ser eficaces, pero olvidan que los monarcas son políticamente irresponsables. Hay leyes humanas anteriores a las leyes de la política, y entre ellas está la simpatía como activo superior a la eficiencia.


Por lo tanto, viva la Reina, viva este segundo intento Parlamentarista en la historia de Chile, empeño que coloca a la Presidente más allá del bien y del mal. Ella, la Jefa de Estado, parece invulnerable.


Pero hay leyes de la política que importan más que las leyes humanas, sobre todo cuando las realidades del día a día son casi todas antipáticas. Y justamente por eso, la Presidente no entra a la cancha. Le gusta afirmar que el campo de juego es disparejo, pero nunca ha pisado el verde césped. Es terreno peligroso. Para eso están sus Ministros: La Reina, se supone, tiene Gobierno.


Edgardo Boeninger, escribiendo sobre el equipo de Aylwin, afirmó: "No estaba nada claro que fuera capaz de asumir exitosamente su doble cambio de rol, desde la oposición al ejercicio del poder político, y de eficaz bloque electoral a coherente y disciplinado aparato de administración del Estado". Si el grupo de funcionarios de la Concertación del 90 lo logró o no, es discutible. Pero no cabe duda de que esa posibilidad no se ha dado en el actual equipo del Gobierno Bachelet.


Interior discrimina arbitrariamente entre acciones idénticas: estima que unas son terroristas porque afectan a los santiaguinos, que son muchos votos, y que las otras son solo manifestación de conflictos sociales, porque se dan en La Araucanía, Región que implica muchos menos sufragios.


Hacienda pretende alterar uno de los principios elementales del dinamismo económico: solo se puede recaudar más si hay crecimiento. Pero aunque el Imacec se hunde, dele con la intención de apretar con más impuestos.


Educación empuja con cada declaración y con cada gesto la convicción más extraña: mejoraremos la calidad logrando que los que educan bien desaparezcan. Señal clara de haber sido mal educados.


Salud ha olvidado a los enfermos. Parece que lo importante es definir si un sistema socialista y excluyente es mejor que un sistema de libertades. Definir, definir. Mientras tanto, faltan camas y sobran enfermos.


Cultura es el reino de la ideología. Lo prioritario es conformar equipos que sean confiables, o sea, alineados con un proyecto hegemónico. Pero más del 80% de los chilenos no lee ni un libro al año, y el mismo porcentaje confunde a Suecia con Suiza.


Las Secretarías de Gobierno y de la Presidencia -cuando no chocan entre sí- vagan en la ambigüedad: dicen lo que no pasa.


Y de los otros Ministerios, ¿qué sabemos? ¿Cómo lo están haciendo?


Las encuestas han comenzado a afectar a la Presidente: como no preguntan por su simpatía, se nota la baja. Dicen los entendidos que la Reina ha reaccionado y que se está involucrando más. Ha juntado a sus Ministros para indicarles prioridades y énfasis. Vaya audacia: estaría pisando la cancha.


La oposición podría entonces tener la tentación de enfrentarla cara a cara. No, no. Ella es políticamente irresponsable, que no se olvide.


Quizás sea la misma Reina la que reconozca al mal Gobierno y lo cambie. Si lo hace ella misma, ¿por qué no darle la razón?

EMPELOTANDO A LAGOS