miércoles, septiembre 29, 2010

Un desafío para los ambientalistas, por Felipe Cubillos.


Un desafío para los ambientalistas,

por Felipe Cubillos.

Los temas ambientales suelen ser uno de los asuntos de discusión más relevantes para la sociedad chilena, y parece conveniente que así ocurra. Es que no tiene mayor sentido fomentar el crecimiento económico si de paso afectamos irreversiblemente nuestro medio ambiente, dejando secuelas insalvables para las generaciones actuales y futuras de nuestro país.


En la discusión ambiental se enfrentan usualmente posiciones antagónicas entre empresas, por una parte, y organizaciones ambientalistas, por otra, y lo más probable, como suele ocurrir en casi todos los temas, es que ambos sectores tengan parte de la verdad. Ahí es donde debe entrar a participar la autoridad política para dirimir esos conflictos.


En el último tiempo hemos visto este tipo de enfrentamiento por proyectos que todavía no se construyen. Me llama la atención, porque, en cambio, no estamos haciendo nada, o muy poco, por un problema real que está afectando seriamente nuestro mar.


Es que quizás, como no hay empresarios a quienes responsabilizar, pareciera ser no tan «políticamente correcto» hacer algo por este asunto. Pero no porque no haya responsables vamos a dejar de hacer algo. Me refiero al maremoto y su efecto ambiental en las costas de la Séptima y Octava Región, y en la isla Juan Fernández.


Cuando veo la enorme cantidad de recursos disponibles, tanto comunicacionales como financieros (de ambas partes) para atacar o defender algunas causas, me gustaría que una fracción de ellos se usara para limpiar el fondo marino de esas zonas, que se encuentra muy contaminado por los efectos del maremoto. Para decirlo en términos simples, esa costa está llena de basura y, si no hacemos algo, seguirá así, y ello irremediablemente afectará la vida marítima y la calidad de las aguas en el borde costero.


Esta es una linda oportunidad para que todos aquellos que de verdad les interesa la defensa del medio ambiente acuático se vuelquen a ayudar; es cierto, quizás no tendrá el glamour ni la difusión en los medios, ni la convocatoria masiva, pero el efecto sobre la calidad del medio ambiente será notable.


Con lo potentes que son las organizaciones ambientalistas chilenas —muchas de ellas con fuertes vínculos con importantes ONG internacionales, y con acceso por lo tanto a grandes recursos monetarios—, hubiera esperado que ellas “naturalmente” se hubiesen volcado a limpiar el fondo marino, pero parece ser, una vez más, que nuestra sociedad todavía espera que el Estado lo haga. ¿No será tiempo de dejarnos de criticar tanto al Estado por su incapacidad de resolver todos los temas de la sociedad y, en vez de eso, asumir que los problemas son nuestros y las soluciones también?


En Desafío levantemos Chile, como somos gente de acción, y después de que ya han pasado 7 meses de ese fatídico maremoto, y dado que se ha hecho muy poco, hemos decidido asumir la pega. La próxima semana parte un contingente de buzos a la isla Juan Fernández a limpiar el fondo marino; nos apoyan la empresa minera Collahuasi, Líder, Honda y la Armada de Chile.


Sería bueno, tanto para la convivencia nacional como para la protección del medio ambiente, que los ambientalistas y las empresas se dieran la mano y juntos acometieran el gran proyecto ambiental, que es limpiar el fondo marino de las costas de la Séptima y Octava Región.



EMPELOTANDO A LAGOS