Díaz, Rossi y Andrade: ¿la nueva forma de...?,
Por Matías Carrozzi.
Es verdad, no resultó ser muy estético que digamos, sobre todo para los que nos gusta esto de competir, de ver la pelea voto a voto... pero también hay que reconocer que es comprensible que en un contexto de crisis, donde no sólo se debe lidiar con las frustraciones y los frustrados, sino también proponer un plan razonable para levantar la moral del cuchitril, la pregunta de si valía la pena empeorar aún más las cosas con una competencia abierta fue finalmente resuelta con un acuerdo. Así es. Es el caso del pepedé, quienes decidieron entregar la presidencia del partido la abogada Carolina Tohá, ojo, pese a que el polillismo afirmó en todo momento que podían ganar sin problemas.
Desconozco si para Guido lo que primó fue el sentido común o simplemente fue el reconocimiento público de que su poder al interior del instrumental colectivo ya no es el de antes, pero bueno, da igual, lo importante es admitir que tomaron la alternativa correcta y evitaron que la sangre llegue al río, por lo menos lo que atañe a la presidencia, porque para los cargos intermedios la competencia sigue tal cual.
Muy diferente es el camino, o serpentina, que el binominal Fulvio Rossi, en complicidad con el Diputado Osvaldo Andrade, pretenden para el Partido Socialista (PS) y es que, a estas altura de la teleserie, no me atrevería a sentenciar nada en particular, salvo que el travestismo ha llegado a niveles insospechados.
Fulvito, como le dicen sus fans, dijo al comenzar la teleserie que él asumía la presidencia del PS sólo como un articulador (o facilitador para que no suene tan macabro). Para ello, puso todas sus fichas en el Diputado Marcelo Díaz, un tipo idealista, educado y que salvo por una hiperquinesia mal tratada, lograba aunar en ese momento los ánimos al interior del partido y responder al grito ciudadano que decía: y la renovación, ¿cuándo?. Mal que mal, para eso renunció la mesa anterior, ¿no?. Hasta aquí todo bien, pero...
A Fulvito le crecieron los colmillos y en una hábil (pero pornográfica) jugada, le quitó el piso a Díaz y se auto proclamó como candidato a la presidencia del PS. Minutos después y viendo que Andrade tenía el apoyo del sector que ha gobernado al PS los últimos cuatrocientos cincuenta y nueve años y que Díaz se negaba a declinar su candidatura, Rossi se junta con los representantes de las grandes alamedas (Allende) y el tercerismo (Solari) a fin de articular un acuerdo que le permita dirigir la mesa. Por supuesto que todo aquello adornado con arengas escalofriantes como Andrade es muy viejo y esas cosas.
La historia no termina aquí. El Senador tenía otra sorpresa bajo la capa. Para deleite de los periodistas de espectáculo, Fulvito sorprendía traicionando (nuevamente) un compromiso al convencer a su muy viejo rival (Osvaldo Andrade), si, aquel que respondía sus peroratas con exocet del tipo “en mi generación sí respetábamos la palabra empeñada”, de pactar una alianza electoral que les facilite amarrar el chancho.
Es decir y en cuatro palabras: im pre sio nante.
El PS vive un proceso raro, maltratado por un insoportable y desvergonzado canibalismo, pero que a la vez resulta muy sexy para los medios de comunicación. Su actual presidente goza de unos cuantos segundos de fama y consigue ser el tema en la sobremesa. Pero ¿a qué costo?. ¿Ya no importa la palabra?. ¿A dónde se fue el compromiso?. ¿Qué opinión tendría ahora José Antonio Kast?. Digo, porque la semana pasada me comentó que prefería a Andrade antes que a Rossi, sólo porque el primero le daba más confianza.
Relegado a un decimocuarto plano, el Diputado Marcelo Díaz soporta estoicamente que su celular suene cada vez que Fulvito se manda un numerito. Contesta, pero a diferencia de su ex auspiciador, trata por todos los medios de no polemizar. Bueno, eso hasta que aceptó la invitación de este despreciable columnista a tomar un café, a un costado del Parque Bustamante.
A diferencia de sus competidores, Marcelo es un tipo que partió de abajo. Ya con el título de Abogado se fue sin beca alguna a estudiar a Europa, continente que nos lo devolvió convertido en Doctor en Ciencias Políticas. Calladito, trabajó en las relaciones internacionales de su partido, después en el ministerio del ramo, un paso breve por una gobernación y listo, vamos por la diputación. En el 2005 nadie creyó que ganaría, pero ahí está. ¿Qué tal?.
¿Cómo ves esta teleserie?. ¿Te sientes traicionado?. ¿Te dolió lo de Rossi?.
(Carcajadas) – No... me reservo el derecho a no calificar a las personas, pero si te diré que para mi en política la palabra vale. La palabra y la confianza son fundamentales.
¿En qué minuto viste desmoronarse tu candidatura?.
- Mi candidatura no se ha desmoronado. Al contrario. Te digo, sin falsa modestia, que fuimos los primeros en plantear la necesidad de dar un giro a las cosas y seguimos firmes en esa idea. Fuimos nosotros los que instalamos y provocamos el que hoy en el PS todos coincidan en la necesidad de volver a ser un partido grande, sin parcelitas, conectados con la gente, con una agenda de futuro.
Pero te quedaste sin pan ni pedazo.
- Es cierto, pero desde un principio sabíamos en que nos estábamos metiendo. No te voy a mentir, incluso cuando Fulvio Rossi nos apoyaba, recibimos ofertas del establishment del partido para declinar nuestra candidatura a cambio de cargos. Como no aceptamos y les dijimos que el problema no pasa por los cargos, hoy nos excluyen, nos hacen sentir su molestia.
¿Qué posibilidades tienes de ganar?.
- Todas.
A ver, pero hasta donde se, tu no tienes ni operadores ni una máquina interna como la de Rossi o Andrade que te apoye.
- Es verdad, pero esa situación es nuestra principal ventaja. He recorrido el país hablando con los militantes y todos me han manifestado su molestia al respecto. Todos se dan cuenta que el PS se ha quedado anclado, con practicas poco democráticas y que es necesario un cambio de rumbo. Esa es nuestra lucha, no protegemos una parcela, ni un sector en particular. Nuestras ideas y propuestas son para que al Partido Socialista le valla bien, no a unos pocos.
¿Qué se viene para ti ahora?. Te lo pregunto porque, les guste o no, te tienen que aguantar a lo menos por cuatros años más.
- Jajajaja... bueno, estamos recorriendo el país, convocando a los desencantados. Convenciendo a aquellos que en su minuto apoyaron a Arrate, a Enríquez, que podemos volver a ser la fuerza progresista más importante de Chile. Que nadie sobra. Que confíen en que podemos recuperar los espacios.
¿Y qué pasa si te va mal?.
- Seguiremos adelante. Quizás no nos resulte ahora. Es una posibilidad. Pero no vamos a romper con el PS. Ni a renunciar, ni mucho menos. Insistiremos en todas las instancias que sean necesarias para recuperar al PS, que todos entiendan que es necesario abrirse a la gente, democratizar el partido. No vamos a bajar los brazos, este es el camino que decidimos seguir y lo vamos a cumplir.
El garzón no viene nunca y hay 953 llamadas perdidas en su celular. Hay un auto dispuesto para llevarlo a una radio. Pucha... Como hombre acostumbrado al protocolo diplomático, sabía que me mataría se lo hacía llegar tarde a su compromiso, así que nos vemos Diputado. - Nos vemos.
Me quedé pensando que a diferencia de las otras dos candidaturas, la de Díaz, al menos, no se cierra a la posibilidad de aguachar a Marco y a todos los que en las pasadas elecciones prefirieron apoyar candidaturas descolgadas. No se si eso sea bueno o malo, pero por lo menos demuestra apertura.
Me gustaría dejar por escrito además que en un principio Fulvio también accedió a tomarse un cafecito conmigo, pero cuando teníamos que fijar hora y lugar, el silencio se apoderó del doctor. A Osvaldo, peor aún, le envié correos y jamás dio señales de vida. Una lastima, porque tenía una ganas locas de saber si, como Pepe y Guido en el PPD, ellos estarían dispuestos a dar un paso al costado y descomprimir las cosas.
En fin, como decía mi vieja cuando nos escapábamos de su misteriosa sopa de los domingos: ustedes se lo pierden... yo, mientras tanto, seguiré disfrutando de la nueva temporada de “la nueva forma de...”, la teleserie que la rompe hoy en Chile.