¿Puede la educación pública ser más mala de lo que ya es?
Al parecer, sí se pueden ir alcanzando nuevos cánones de mediocridad en esta área. Y la última muestra fueron los resultados de la prueba INICIA, que el Ministerio de Educación llevó a cabo por segundo año consecutivo y a la que se sometieron alumnos y egresados de 43 universidades criollas.
Los resultados fueron para quebrar los bates, cascos, guantes y todo lo que hay en el dugout. En primer lugar, los egresados respondieron mal el 66% de las preguntas de matemáticas, llegando, en los casos más extremos, a barrabasadas del tipo de no saber despejar una ecuación lineal -y eso se enseña en octavo básico-. Pedagogía Básica no está mejor, con sólo un 53% de respuestas acertadas. And adding insult to injury, el 60% tuvo un promedio inferior a .500. Tal como dijo el Presidente Piñera, “los profesores mostraron que no tienen habilidades para educar“. Lo más irónico es que los que la rindieron la calificaron de “básica” y “fácil”… ¡Plop!
Honestamente, ¿qué se puede esperar de un gremio que le tiene más terror a las evaluaciones que un pitcher de Ligas Menores a Alex Rodríguez?
Nada. Así de simple. Es otra manifestación de la cultura de la mediocridad que ha afectado al sistema estatal desde hace varias décadas, alimentada por malos puntajes; malas directrices y una evidente concientización política -para eso sí que son buenos-. El resultado no puede ser más predecible: una buena parte de estudiantes que no entienden lo que leen y que no superarán el umbral de los 500 puntos en la PSU. Y eso que todavía no añadimos los paros y las huelgas -la crème de la crème de la ciencia extorsiva-. Así y todo, esa enorme masa agonizante todavía no se cae…
Y aquí, además, estamos en la evidente presencia de un círculo vicioso, que, volviendo a citar a Piñera, puede extenderse a varias generaciones y de forma exponencial. En el 99,99% de los casos, no se puede esperar que de un estudiante salga un buen profesional o técnico si se tiene como base una enseñanza deficiente. Es un hecho que las exigencias para entrar a Pedagogía deben aumentarse, aunque no basta con subir los puntajes mínimos de acceso. Lo que se necesita es una reingeniería total, que deje de lado las motivaciones políticas -sé que varios se van a enojar por esto, pero no es mi culpa-.
Compréndanlo bien, señoras y señores: las únicas disciplinas que conozco en las que un promedio de .500 o inferior es bueno son el basketball y el baseball. En el resto, o se suben las marcas o te bajas del tren. ¿Estamos claros?