viernes, octubre 05, 2007

Presupuesto y modernización del Estado, por Rossana Costa.

Presupuesto y modernización del Estado, por Rossana Costa.

En 2008 se cumplen exactamente diez años desde que se iniciaran las evaluaciones de programas públicos. En este período se han realizado 212 de esas evaluaciones. De ellas, 46 el primer año, mientras que el 2007 se han entregado 14. Del total de recursos evaluados en 2007 (hasta ahora), un 90% se asignaba a programas que requieren modificaciones importantes o rediseño sustantivo, mientras que un 9% demanda ajustes menores. El 1% restante ameritaba ser finalizado.

Después de 10 años, ofrecer aumentar el número de programa evaluados debe llevar, primero, a felicitar a la autoridad por renovar el compromiso, y acto seguido preguntarse, ¿y eso es todo?. Tras tanta evidencia de mal uso de recursos públicos no anticipado o no evitado, tras el debilitamiento del sistema nacional de proyectos y tras varios ejemplos en que el sistema no ha anticipado problemas de gestión, esperaba más.

Con el foco en el presupuesto, el tránsito desde la contabilidad de caja a la devengada debe continuar al establecimiento de centros de costo, con imputaciones de costos económicos (arriendos, depreciación) que incentiven el mejor uso de recursos. Los informes financieros de la propia Dirección de Presupuestos, piezas clave al aprobar proyectos y reformas, son débiles, pero de gran relevancia al momento de evaluar esos mismos proyectos. La experiencia reciente con los tribunales de familia, los laborales y las dudas que surgen respecto de los costos estimados y los efectivos del plan AUGE son luces de alerta más que suficientes y debieran introducirse evaluaciones ex post, además de perfeccionar el instrumento. No creo que la disciplina de haberlo hecho antes hubiese evitado el posterior gran bochorno del Transantiago, que no tuvo ni ley ni informe financiero al instalarse como política pública. Pero en cambio estamos a tiempo para debatir sobre el informe financiero de la reforma previsional, que no se extiende más allá de tres páginas y no tiene ningún análisis de sensibilidad.

Entonces, bienvenidas las evaluaciones adicionales, pero, ¿y qué más? El presupuesto crece en cerca de US$ 3.000 millones y los flujos van al mismo sistema educacional, al mismo fracasado Transantiago y a un sistema de innovación que todavía no es un sistema.

EMPELOTANDO A LAGOS