Motivos para sentirse orgullosos de pensar como los partidos de oposición, agrupados en la alianza, o algunas agrupaciones en formación, como el MUNA o el PRI, son muchos, por lo que sentimos la obligación moral de tratar de revertir la situación actual, que es bastante mala por cierto.
Los que piensan como nosotros, sean derechistas o Nacionalistas, son los que han creado la Nación, los que la han impulsado por la senda del desarrollo, la Justicia Social y los que han evitado enfrentamientos feroces que buscaban aquellos que solo se han dedicado a la prédica de odios y resentimientos.
En los años 70 Chile simplemente se disolvía. Social, económica y moralmente se encontraba destruido, la institucionalidad era arrasada por la coalición de izquierda que había trepado al poder, curiosamente los mismos que gobiernan hoy. El país se encontraba al borde de una guerra civil.
Los Militares, contra su voluntad, tuvieron que poner fin a una “experiencia devastadora e iniciar un durísimo proceso de reconstrucción nacional. Fue largo, difícil y lento, pero sin duda le cambiaron la cara al país. La reconstrucción económica fue exitosa, el restablecimiento de la institucionalidad brillante.
Hoy muchos, entre ellos los concertados, tratan de vestirse con la “recuperación” de la democracia pretendiendo olvidar que fue el fruto de un plebiscito que aprobó la Constitución, fijando los plazos del proceso, y de la voluntad del Gobierno Cívico Militar de cumplirlos escrupulosamente.
La publicidad, engañosa y mañosa de nuestros adversarios ha querido desdibujar la magna obra realizada, pero, quienes lo vivimos recordamos la realidad, lo que nos obliga a mostrársela a las generaciones nuevas, que han sido embaucados por una vergonzosa falsificación de nuestra historia reciente.
Estas realidades son las que obligan a los chilenos bien nacidos a luchar por recobrar la senda correcta, esa que nos lleva al desarrollo, la justicia social y la Unidad Nacional. En las próximas elecciones tenemos la oportunidad de “desalojarlos” del poder, solo de nosotros depende lograrlo.
Los campos de “batalla” son diferentes a los que pretendió instaurar la extrema izquierda con el terrorismo y la violencia, hoy las armas son los votos de la ciudadanía y deben conquistarse con programas serios, nuestra verdad y denunciando los corruptos engaños que está sufriendo nuestro pueblo.
Tu voto, el del otro, el del de más allá, nos darán el caudal suficiente de sufragios para producir el cambio que Chile requiere y provocarán esa imprescindible alternancia en el poder, que es el mejor antídoto contra la corruptela que ya está devastando las posibilidades del país.
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Nos preocupa, no podemos decir menos, la posición de la Alianza que anuncia que no apoyará la candidatura a Diputado por Las Condes de Lucia Pinochet Hiriart, pues, sin duda implica un retroceso que puede hacer que la Alianza pierda un Parlamentario. Juntos somos más, parece un eslogan pero es una brutal realidad.Parece que la clase política, de todos los colores, teme a los Pinochet y se confabulan para mantenerlos silenciados.