jueves, abril 24, 2008

El 64% de los santiaguinos pobres considera mala su atención de salud.



El 64% de los santiaguinos pobres considera mala su atención de salud

Para los santiaguinos de bajos ingresos, la atención en hospitales y consultorios es enfermante. Así se desprende de una encuesta que revela que el 63,8% de los entrevistados estima que la calidad de la atención de salud es mala o muy mala, mientras que el 24,3% la considera regular y el 11,9% piensa que es buena.


El estudio, realizado por la Escuela de Administración y Economía de la U. Católica Silva Henríquez, abarcó a 338 personas de Conchalí, Huechuraba, Renca, Recoleta, Cerro Navia, Pedro Aguirre Cerda, Estación Central, El Bosque y San Ramón. De ellas, el 81% había acudido a un centro de salud en el último año y casi una de cada cuatro había hecho algún reclamo por la atención (ver infografía). "El primer motivo es que un funcionario administrativo lo trató mal, queja que desde 2004 es la primera causa de reclamo", explica Marcelo Yáñez, investigador a cargo del estudio.

Consulta particular

Aunque las personas encuestadas tenían un ingreso per cápita de hasta $100 mil en el caso de familias de dos o más integrantes y hasta $150 mil en hogares unipersonales, la mitad señala que en el último año acudió a un médico particular. El 26,4% lo hizo para "mejorar la calidad de atención", el 23,4% "por la rapidez de atención" y el 19,9% porque "no había especialista en el consultorio".

Por otra parte, si bien el 51,3% dice que el Plan Auge ha mejorado la calidad de atención en salud, el estudio también muestra que el 79% de los encuestados considera que "hay poco apoyo estatal para que las familias pobres obtengan una mejor calidad de atención en salud".

Esto, a juicio de los investigadores, tiene que ver con que en muchos casos las personas no saben si tienen o no derecho a alguna prestación. Además, hay una brecha entre las expectativas creadas por las campañas de difusión sobre los beneficios de las reformas de salud y las dificultades de acceso con las que en la práctica se encuentran las personas cuando acuden a los centros de salud.

"Todo indica que se necesita cambiar la forma en que el Estado y el sistema público se dirigen a la comunidad. No basta dar información, sino que también se debe instruir a la gente sobre cómo operar cuando ellos tengan que recurrir a los beneficios del sistema", dice Yáñez, quien agrega que para eso sería útil recurrir a organizaciones cercanas a la gente, como juntas de vecinos o clubes deportivos.


Esta nota la hemos sacado de Diario El Mercurio porque es necesario que nos demos cuenta del engaño de que estamos siendo objeto, la salud cuesta muy cara y es muy mala.

EMPELOTANDO A LAGOS