domingo, septiembre 02, 2007

Una proposición sensata.



Ante los feroces incendios Europeos y Griegos......


Los feroces incendios que han afectado a Europa y a Grecia debieran ser considerados como una señal de alerta de los efectos que ya está produciendo el calentamiento global y llevar a los gobiernos a tomar medidas reales de de prevención.

Es cierto que cambiar las matrices energéticas industriales es caro, que modificar los sistemas de calefacción resulta oneroso y que transformar los sistemas de combustión automotrices resulta de alto costo.

Pero, también es cierto que el costo de “tierras arrasadas” por el fuego, que la deforestación acelerada, que el enrarecimiento del aire, la lluvia ácida, dejan el mundo inhabitable, con el agravante que se beneficia solo a unos pocos.

En nuestro país, que la ONEMI ha demostrado una escasa profesionalidad, en especial con el terremoto de Aysén, debemos prepararnos para estas contingencias, pues no es aceptable que se nos queme una sola hectárea de terreno.

La preparación obviamente requiere encargar instituciones serias esta delicada materia, por lo que, siguiendo las proposiciones de don Carlos Kinast Feliz, realizadas por carta a nuestra redacción, sugerimos a la Presidente Michelle Bachelet traspasar CONAF y la ONEMI a depender de las Fuerzas Armadas y dotar a estas de los elementos necesarios para operar en estas emergencias.

Dotar a las FF.AA. de aviones y helicópteros cisternas, aviones para transporte de personal y maquinaria pesada aero transportada son imprescindibles para extinguir con éxito estos siniestros. Dotar a estas instituciones de hospitales de campaña, helicópteros multipropósito que sirvan de ambulancias y elementos de rescate es indispensable, no solo para salvar vidas, sino que para llegar oportunamente a las zonas amagadas, no solo por catastróficos incendios, sino que también por sismos y maremotos.

Chile no puede seguir a merced de la ineptitud e incapacidad que produce el vergonzoso cuoteo político, los encargados de estas emergencias deben ser profesionales del sacrificio y amor patrio.

Esta medida, de cambio de dependencia de ambas instituciones, hoy bastante poco eficientes, tendría el doble efecto de garantizar una oportuna atención ante los efectos de dramáticos resultados de la intervención humana y de los cataclismos con que habitualmente nos señala la naturaleza. Como efecto secundario, pero a la vez de vital importancia, potenciaría a la defensa nacional, preparándonos para evitar las “aventuras” de aquellos que viéndonos débiles pretenden hacerse con parte de nuestro patrimonio territorial.

EMPELOTANDO A LAGOS