sábado, julio 08, 2006

Antidiscrimación.... ¿me dijo?, parece chiste

Por decir lo menos, resulta “curiosa” la dicotomía que quieren instaurar entre los actos violentos cometidos por agentes del Estado, por individuos u órganos armados de algún grupo o movimientos político, y por cierto es “extraño” ver a los otrora terroristas, de acción, dirección o financiamiento, dictando cátedras sobre tolerancia, dictando leyes anti discriminación o simplemente encaramados en el poder.
Usted, con justa razón, nos puede decir pero eso sucedió hace tantos años y está cubierto por Leyes de amnistía, prescripción y es bueno olvidar el pasado para mirar al futuro. Estaríamos de acuerdo en un 100% con su occisión, siempre y cuándo estas mismas legislaciones se hubiesen aplicado de la misma manera a todos los actores de los hechos que nos dividen.
La unidad Nacional es un imperativo, por la sana convivencia pacífica de nuestro pueblo, en el entendido que pueblo somos todos los hijos de la Patria, la “reconciliación” es una necesidad para sanar las dolorosas heridas que aquejan al alma Nacional.
No resulta moralmente aceptable que, a los que provocaron el desastre con sus intenciones de imponer un sistema “extraño” a nuestra mentalidad, recurriendo a la violencia revolucionaría y transgrediendo la Constitución y las Layes, se les otorgue todo tipo de beneficios, sean estos educacionales, pecuniarios o de status, mientas a quienes les combatieron se les persiga hasta la consumición de sus vidas. No es posible que mientras los unos se encuentran solidamente instalados en las esferas de Gobierno, o colocados en el Congreso Nacional, para otros solo exista el temor a las funas o la persecución que los lleve a penales muy similares a los campos de concentración instaurados por el nazismo o a los Gulag de los soviéticos.
Las discriminaciones son de por sí odiosas, pero la discriminatoria aplicación de los valores de la Justicia, o las aplicaciones discriminatorias de los preceptos legales, además de carecer de moralidad, transforman los textos de la Ley en poco creíbles y lamentablemente a los Magistrados en poco confiables.
Para unos la manga ancha del perdón y el olvido, además por cierto de una inmensa generosidad con cargo a una ciudadanía agobiada por la carga tributaria, para los otros descalificación, persecución y prisión.
Chile requiere dejar atrás el pasado, sea este el del tormentoso experimento con que trataron de subyugarnos a una potencia extranjera, sea este el del Gobierno Militar, con sus éxitos y debitos, para ponernos a trabajar todos juntos en la creación de una sociedad más justa y solidaria, sin estas diferencias monstruosas, recuperar valores innatos a la condición humana y por cierto lograr salir de esta etapa de semi-desarrollo, o semi-subdesarrollo, en la que ya llevamos tantos años vegetando.
Estamos ciertos que los cuatro Gobiernos de la Concertación tienen una deuda inmensa al no habernos dado el país “feliz” que ofrecieron y que por un concepto básico de desarrollo humano deben dejar de fomentar las divisiones artificiosas que han levantado, para ponerse a trabajar en pro de la solución de los problemas que angustian a la sociedad.

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EMPELOTANDO A LAGOS