El bajo crecimiento, con índices uniformemente
a la baja, y los sondeos de
opinión pública son un claro síntoma de que las
cosas no andan nada bien
para el Gobierno de Michelle Bachelet ni para la nueva
mayoría.
Nuevo año,
Nueva Mayoría,
por Francisco José
Covarrubias.
Los balances han terminado. 2014
definitivamente se fue. Y ahora que se inicia el año, vale la pena descifrar
algunos puntos clave que marcarán el año.
Bachelet y la travesía del
desierto.
Bachelet ha sorteado su "primer" año
y el balance no ha sido bueno. El bajo crecimiento económico y la baja
aprobación en las encuestas han sido los signos más visibles de que algo no
anda bien. Es cierto que todo podría haber sido peor. Es cierto también que la
coalición Gobernante sigue viva y que Bachelet no ha perdido el liderazgo en
ella. Pero es claro que en este fin de año hubo pocos motivos para descorchar
champaña.
La tesis que prima en La Moneda es que se está
viviendo el costo de la siembra y que los frutos se verán al final del día.
Ella es una tesis posible, pero es probable que esté equivocada. En especial si
se analiza racionalmente cada una de las propuestas. La reforma tributaria
terminó siendo un mamarracho y la educacional no va por un camino muy distinto.
La tesis de que al final del debate se verá la luz, ha sido contrastada muchas veces
con la realidad. El caso de Hollande en la Francia actual es un buen ejemplo de
ello.
Los "matices" de la coalición Hasta
ahora, con la reforma tributaria y la reforma educacional las diferencias no
han sido impedimento para mantenerse bajo el mismo techo. Pero es posible que
con la discusión de una nueva Constitución no sea factible. En ella quedarían
demasiado explicitadas las enormes diferencias de la coalición y es posible que
precisamente por esa razón, Bachelet no la termine impulsando. Se promoverán
cambios. Se enarbolará la idea de una nueva carta magna futura, pero lo
probable es que no se den pasos concretos hacia ella. Los riesgos son demasiado
grandes y la palabra favorita de Ignacio Walker, "el matiz", no sería
suficiente para dar cuenta de las diferencias en torno a este tema.
Gobierno: vivir sobre el 30% Las encuestas
jugarán un rol clave en 2015. Pese a que ellas tienden a ser minimizadas
públicamente, las encuestas importan. Especialmente cuando el camino es en
bajada. El actual 38% de aprobación es sostenible, pero como dijo un
experimentado político latinoamericano, "bajo el 30 es otra cosa".
Algunos dirán que la baja de las encuestas es
por haber querido hacer demasiados cambios en una sociedad que quiere
gradualidad. Otros dirán que la baja en las encuestas es consecuencia de lo
timorato del Gobierno para usar la retroexcavadora. Lo paradójico es que es
probable que ambas tesis tengan razón. Porque la desafección no es unívoca, se
puede dar por ambos costados.
Los nuevos Ministros.
Cuando todo parecía terminar en relativa calma
irrumpió doña Helia contra las "clínicas cuicas", detonando así -por
fin- el primer cambio de Gabinete. Es posible que Bachelet aproveche la
coyuntura para apurar las otras salidas y tengamos en los próximos días nuevos Ministros.
Saldrán así varios Ministros que tras un año no lograron un conocimiento mínimo
en la ciudadanía. Es posible también que salga otro que se ha visto enredado
por el caso Penta y que muevan a la Ministro y ex Senador fuera de La Moneda.
Sin embargo, será probablemente un pequeño cambio cosmético que en nada
alterará el rumbo, porque un cambio de Gabinete que no incluye ni a Eyzaguirre
ni a Arenas ni a Peñailillo no es "cambio" sino que
"ajuste".
El aterrizaje de ME-O.
Marco Enríquez-Ominami sabe que tiene una
misión en 2015: buscar la excusa para volver donde sus antiguos aliados.
Durante 2014 se dedicó a preparar el camino hablando de "afectos
mutuos". Atrás quedó su furibunda crítica a los actuales líderes de la
Nueva Mayoría. Donde antes dijo "digo" ahora dice "diego".
ME-O sabe que para ser Presidente no puede
estar fuera de la Nueva Mayoría. Una tercera aventura Presidencial por fuera
sería tan inefectiva como las anteriores. Pero volver no es una tarea fácil.
Hoy ME-O tiene dos aliados: las encuestas y la falta de Presidenciables al
interior de la Nueva Mayoría.
La hora de partir de
Velasco.
Si la última entrevista que dio Velasco a
"El Mercurio" hubiera aparecido sin nombre y sin foto, no hubiera
dado pie a las dudas: se trata de un opositor al Gobierno. Ya no se trata de
hablar de "matices" ni de "énfasis", definitivamente sus
visiones son opuestas. A Velasco le ha llegado la hora de partir, pero
probablemente tratará de no hacerlo. Son demasiados los ejemplos de políticos
que han abandonado su buque madre y han fracasado. Basta recordar a Frei
Bolívar, a Adolfo Zaldívar, a Schaulsohn o al propio ME-O para darse cuenta de
que se trata de una idea poco seductora. Velasco tratará de resistir hasta el
final, para que el paso lo pueda dar poco antes de las Presidenciales. Todo
sería distinto si un grupo grande estuviera dispuesto a seguirlo, pero eso hoy
no se ve factible.
El año recién está comenzando. El libro tiene
sus páginas en blanco. Es de esperar, por el bien del país, que 2015 sea mejor
que 2014. Aunque no hay muchas razones para ser optimistas. Quizá es momento de
recordar aquella frase de ese famoso poeta inglés que decía "las palabras
del año pasado pertenecen al lenguaje del año pasado. Las palabras del próximo
año esperan otra voz".